martes, 22 de marzo de 2011

Después de bajar de peso, llega la etapa de mantenimiento

Tres palabras que resumen la posibilidad de sostener un adelgazamiento a mediano y largo plazo -a corto plazo no lo menciono porque no es mantenimiento si es corto plazo…- ¿Qué es mediano? Por lo menos dos años o tres sin modificaciones por encima del 10 % de lo bajado haciendo de estas variaciones un subi-baja adecuado que no genere alteraciones de la salud o de la autoestima. 
En las actuales dietas los factores de sostenimiento del peso son difusos porque dietas tradicionales en general logran pocos resultados en lo que hace a mantenimiento y a estabilidad, por lo tanto son difíciles de generar un descenso suficientemente grande hasta llegar a un peso cercano al ideal. 

Siempre en un mantenimiento tiene que haber una fase de certificación y evaluación de los logros después de la fase de la pérdida de peso; tiene que haber una fase de reinicio de una alimentación que supere las 800, 900 calorías hasta las 1200 y tiene que haber una fase de estabilización donde se incluya una dieta, llamémosla normal pero no normal como era normal aparentemente el comer de antes, sino muchos menos abundante pero adecuada al metabolismo de esta persona y adecuada a la capacidad o facilidad que tenga para bajar o para mantener el peso. 

Entonces para hacer una evaluación de cómo mantener el peso se debe evaluar medicamente las complicaciones si están superadas y tiene que haber permanentemente una evaluación nutricional adecuada donde uno ya detectó las comidas adictivas o las características adictivas del paciente que bajó de peso, independientemente del peso que haya bajado, tiene que haber una evaluación permanente de la actividad física para ver hasta qué punto su masa muscular está adecuada a mantener un esfuerzo o hay que empezar a tonificar su masa corporal previamente a generar ejercicios intensos aunque uno prefiera tal vez, inapropiadamente, tonificar la musculatura y endurecer las partes que quedaron fláccidas peor hay que saber entrar en una etapa paulatina y hacer actividad física adaptada. 

Después hay que evaluar psicológicamente, la etapa de la psicoterapia de la obesidad sin grasa, hay que ver si hay que trabajar sobre el gordo que ya bajó o hay que trabajar sobre la persona que se sacó el gordo de encima. Porque no sabemos si hay un gordo constante, lo que sí sabemos es que hay una tendencia a comer de más que va y viene y que hay que ponerle un límite para arriba, obviamente tener un límite para abajo para no generar trastornos alimentarios pero una buena evaluación psicológica o un buen enfoque psicológico cognitivo dialéctico conductual o sistémico o racional emotivo combinado en un grupo ya mucho menos intensivo que el grupo de descenso, ya que esto puede sostener los componentes que están implicados en la conducta alimentaria y aparte el tipo de vida que esta persona aprendió a llevar. No es cuestión de cambiar el estilo de vida sino que hay que aprender cosas de vida. Hay que encontrar un programa apropiado que sea renovable, modificable sobre la marcha, que no genere monotonía ni aburrimiento al igual que la misma alimentación, que no tiene que ser aburrida, sí tiene que ser relativamente monótona o chata para no estimular demasiado lo que siempre se va a estimular. 

Un error que cometemos siempre es que en el momento que el paciente llega a mantenimiento es donde increíblemente, no está acostumbrado a sostener y no tiene la zanahoria adelante, no podés sacarle el grupo diario así porque si y ponerle un grupo semanal y que venga cuando quiera porque no tiene idea de lo que tiene que hacer aunque haya aprendido a bajar, no sabe como lograr mantenerse porque no sabe si es normal o no la forma de comer. Por lo tanto hay que hacer una casa de medio camino que comprendería una etapa bastante más prolongada de lo que la hacemos de trabajo con pares que están en su peso y con gente que esta llegando junto con él y aparte una etapa donde uno tiene que seguir sosteniendo el adelgazamiento aparente por lo menos en lo que es la escuela de vida en lo que sería los grupos intensivos de adelgazamiento donde va consolidando aunque haya ya adelgazado las energías que va a necesitar a posteriori, además de todo lo que significa un grupo que no es seguir bajando con tal dieta sino que es seguir teniendo una contención grupal permanente, sobre todo en una primera etapa que permite que uno se sienta tranquilo con lo que poco sabe. 

Por supuesto, después de la llegada al peso, la calidad de vida significa qué hago ahora con mi cuerpo. Tener muchísimo cuidado, sobre todo las mujeres, a quejarse porque el cuerpo que tienen no les gusta porque ahí ya no somos Dios y no podemos modificar lo que la naturaleza no permitió, que un cuerpo fuera armónico. Servimos para adelgazar gente, no para recrear un cuerpo y hacer de una persona, un ser humano ideal. Sí sabemos que van a tener que luchar para aceptar lo que no tiene cambio y cambiar lo que sí puede ser cambiado con un tratamiento dermatológico, o un tratamiento reparador, tanto invasivo como no invasivo es decir pequeñas cirugías o grandes cirugías en gente que ha bajado muchos kilos. 

Esta etapa de mantenimiento, al ser un desorden crónico la obesidad del tipo adictivo, sabemos que la adicción al alcohol es controlada de una mejor manera cuando se evita toda exposición al alcohol por lo tanto acá no podemos decir que podemos evitar toda exposición a la comida pero sí hay que evitar exposiciones de presión y tentación demasiado grandes, sobre todo en las primeras etapas , o la exposición que significa poner como normal que uno pueda comer de todo. 

Un hipertenso no puede comer con sal, un diabético con mucha azúcar y un gordo con mucha harina porque pierde la cabeza y obviamente después pierde el cuerpo. Tenemos que la dificultad de la persona obesa es que está siempre expuesta al estímulo que causó el problema en un principio, uno engordó por algo, no podés quedarte con la idea de que se engorda por un accidente. Lo que es un accidente provocado es el adelgazamiento que nosotros te estamos brindando. Por lo tanto ¿cómo es que esta cosa accidentada que fue engordar va a desaparecer de tu vida? Tenés que saber que tu instinto va a seguir merodeando alrededor del comer en alguna trampita y de pronto no sabemos cuando esa trampita se va a convertir en una especie de una trampa cazabobos y vas a caer permanentemente y vas a volver a engordar todo lo que creíste que nunca más ibas a hacer. 

Hay que empezar a entender que hay un problema que es para toda la viday que es como la vida misma, como un problema económico es para toda la vida aunque uno lo resuelva por un momento, un problema afectivo siempre es un problema aunque uno esté bien, puede tener un momento que esté mal por eso hay que cuidar la economía, hay que cuidar los afectos y hay que cuidar también el peso que tiende a engordar en un mundo que engorda. Por lo tanto uno está sumergido en una delgadez desde un lugar falso de su estructura física y emocional en un mundo que ha creado más gordos de lo que uno se podía imaginar desde hace 30 años. 

El mantenimiento del peso no empieza cuando se alcanza el peso deseado sino que debe ser parte de la consideración inicial de una persona cuando empieza un tratamiento para bajar de peso. 

En verdad algunos terapeutas sólo proporcionan asistencia en la pérdida de peso, cosa que es un disparate porque no se puede no darle a una persona la idea, incluso a través de la gente que va bajando con uno o de la gente que ya bajó en los grupos, de que eso es posible y que hay otros con la misma capacidad, inteligencia, lucidez e historia de gordo que hace años que están en un proceso de mantenimiento, vienen a la terapéutica individual y nutricionista y lo hacen con verdadero placer porque mientras no hablemos en los grupos de mantenimiento de lo que ocurre con la lechuga, la rúcula y los repollitos de brusela, vamos a generar una diversión y una dinámica porque hablaremos de una terapia básicamente interdisciplinaria entre las disciplinas de un ser humano internas, todas las relaciones externas. Es una terapia vincular porque vamos a tratar de sostener una ruptura del vínculo adictivo que es lo que ha provocado la gordura en la mayoría de la gente. 

Algunos terapeutas sólo proporcionan asistencia psicológica sin recordar que siempre tiene que estar la vigilancia sobre el peso perdido, porque si el peso perdido se vuelve a ganar, lo psicológico se transforma en una trampa cazabobos porque uno habla de sus emociones mientras la gordura invade todo el recinto grupal o individual y se genera una locura “de dos” entre los terapeutas y el grupo o el terapeuta y el paciente individual. 

La dificultad radica, en general, una vez que uno se deshizo del peso de más, asegurarse de que el paciente siga instrucciones cuando esté más en libertad. Todos los principios básicos tienen que sostenerse, por ejemplo no comer cada dos o tres horas, no picotear, no estar todo el tiempo en dieta o pensando en el cuerpo o siendo un obsesivo o un compulsivo del comer aún estando delgado. La delgadez no es un estado que se opone a la obesidad sino que lo que se opone a la obesidad es la estabilidad y el equilibrio, tanto mental como físico. Una persona delgada puede estar loca de remate y desagradable para uno estar al lado y no es ningún logro sacarse la grasa de encima salvo que esa persona tiene menos riesgo para la salud mientras se alimente adecuadamente. Entonces lo que hay que sostener es a una persona, hacerle cambiar psicológicamente, sociológicamente, filosóficamente y obviamente, clínicamente su calidad o su sistema de vida. 

Tiene que haber siempre una buena comprensión de la nutrición, no transformar la nutrición en un acopio de datos absurdos que al paciente lo marean mucho más que lo que se imagina. Sí ciertos datos que le conviene saber como cuántas calorías tiene alguna cosa que uno inocentemente se come, por ejemplo unos caramelos, o qué es un índice glicémico, saber que si uno se come algo muy estimulante de la glucemia y de la insulina va a tener siempre hambre y va a vivir como un infeliz la etapa que le toca vivir como adelgazado. Los resultados son variados, uno puede hablar de un 15, un 20, 25 % de pacientes al cabo de 5 años que sostienen el peso en mantenimiento, hay un tanto por ciento muy superior de los pacientes en total, un 40, un 45 % que deambulan por la institución o hacen tratamientos alternadamente pero que nunca más volvieron al peso máximo y esto es un logro porque todos los trabajos que uno lee internacionalmente hablan de que sostener el 5 o el 10 % del peso en 5 años es un logro terapéutico importante. 

Es un logro para el paciente detener la marcha inexorable de la obesidad al igual que el tema de la escoliosis y ciertas malformaciones que uno puede llegar a tener, lo único que uno puede hacer es detener la marcha y que no empeore. Si uno detiene la marcha es como que después compensa con otros tipos de actividades que hacen que no se note los efectos de la gordura en este caso. Entonces hay gente que simplemente estaba condenada a pesar 180 kilos, paró en 100, tendría que pesar 80, no pudo lograrlo, no es un éxito absoluto pero es un muy buen resultado. Y se va a sostener muy bien en tanto y cuando no haya desconexión con la institución que a uno le hizo adelgazar, en tanto y cuanto se pueda sostener actividades gratificantes paralelas como teatro, como canto, música, instrumentos, actividades culturales, manuales, cosas que lo hagan a un abanico, a un menú mucho más amplio que esta visión en tubo que se tenía cuando uno estaba obsesionado con la comida, las dietas, el cuerpo, la gordura o el adelgazamiento. 

Tenemos que empezar sin distracción a que una persona se aleje del concepto de dietario crónico y que mantenga la dieta sin que nadie se de cuenta, que no sea una dieta sino una decisión de comer menos y comer lo justo que necesita su cuerpo y no hacer alarde de yo estoy en tal lugar haciendo dieta , yo estoy adelgazando, yo estoy en mantenimiento, que no diga nada. Cuando lo ven comer menos que diga no tengo ganas, ya es suficiente, vos deberías comer lo mismo que como yo cuando ven a una persona con panza o gorda y no dejarse llevar por delante por un mundo que incentiva el engorde y no incentiva el estar bien, entre otras cosas, incentiva las adicciones. El mantenimiento del peso está influenciado por el hecho de que fue perdido en mayor o menos tiempo. 

Cuando se llegó trabajosamente en mucho o poco tiempo en contra de lo que se dice, que con las dietas que llegan rápido rebotan, yo diría que las dietas que son trabajosamente hechas y que no llegan nunca o llegan muy rozando el peso con gran esfuerzo, son las que no se pueden sostener y que las dietas de bajas calorías bien hechas, por supuesto, con un trabajo intensivo grupal terapéutico donde el paciente se sienta muy contenido, no provoca ningún sufrimiento, nadie espera la hora de comer, se va el hambre, se produce la famosa saciedad, el paciente puede sostener mejor los logros cuando bajó rápido, se desgastó menos y entonces está listo para la mucho más compleja tarea de mantener el equilibrio y el peso sin la zanahoria adelante. 

¿Para que me sirve estar delgado? Si hago un deporte y engordo o si uso cierta ropa apretada y engordo me voy a dar cuenta porque si engordo me voy a mover más pesado, si engordo 4 kilos tengo que tener un talle de ropa que me avise claramente está es tu ropa, éste es tu talle, y no entremos en el detalle del talle y del desastre del sastre. 

No entremos a usar un sastre que nos va a ampliar la ropa para que uno entre adentro de ella y no se de cuenta que le queda mal porque siempre le va a quedar bien porque la van a hacer a medida. Acá no hay ropa a medida, acá hay un talle que uno tiene que elegir a cual quiere llegar, por eso es importante llegar rápido al peso y no salirse de él y cuando la ropa apriete y no entre, habrá que tomar una medida urgente, vestirse peor y empezar a bajar de peso en forma rápida. Esto va en contra de todo lo que se dice de la discriminación. Uno cuando ya se sacó la grasa de encima, es el primero que no quiere saber nada con ella, es el primero que no quiere saber nada con su otro yo gordo por lo tanto hay que actuar muy activamente, no para lograr aumentar el tamaño de los asientos de un avión , o generar una crítica a la sociedad que lo discrimina sino que a uno no lo discriminen porque uno no se discrimina como gordo sino que se cuida como persona posible de adelgazar. 

El gran discriminador, decía una persona ayer en un grupo, es el propio gordo que no le gusta que un flaco lo mire aunque ese flaco no tenga ningún problema con el gordo, es el gordo mismo que tiene un problema con su cuerpo. No le gusta que lo toquen, que se acerquen, por lo tanto discrimina un gordo también a los flacos. Hay mucho resentimiento en estas actitudes que, a medida que uno va bajando con un tratamiento inteligente, todo este renegado, esta manera de ser resentida se va entendiendo, entonces deja de quejarse y hacerse la víctima y entonces entendió que ahora está haciendo un esfuerzo real, que está poniendo para un problema grande un esfuerzo grande. A la obesidad hay que entenderla como una compulsión y no como un capricho diciendo yo quiero comer y se terminó. 

Por lo tanto estamos entre los resultados adecuados y logramos un 25, 30 % de gente que hizo el tratamiento y se mantiene al cabo de 5 años, y que haya ese 40, 50% que sigue bajo nuestra atención o la atención de un sistema, tratando de lograr en algún momento este peso ideal o saludable pero siempre luchando para ir para abajo porque cuando uno se acostumbra a estar un poquito arriba es como cuando el que se acostumbra a fumar 4 o 5 cigarrillos por día, al poco tiempo son 10 y después 15 y 20 o 40. Esto es casi inevitable y con el alcohol pasa lo mismo y con la droga mucho más. 

Hay efectos en poco uso, en el largo plazo, en daños que también tienen que estar en la comida en exceso o en la comida que genera algún tipo de dependencia en el largo caso deben generar problemas de salud además de la dependencia. 

Todo el trabajo de corte, medida y distancia en el mantenimiento, sobre todo el corte, cada cual se le agrega la medida siempre que va y viene pero con el corte siempre listo, la distancia tiene que sostenerse más o menos igual. Tiene que estar continuamente la perseverancia por delante de la tenacidad, la paciencia a través de un plan de mantenimiento y hay que poner como decimos nosotros, mucho amor propio, no quejarse, acostumbrarse a este cuerpo que llegó, tomarlo como propio, no sentir que pesa más, que la ropa tira más, y no sentir que la gente mira más-…que pase desapercibido y que haga una vida normal, no de ex gordo sino de persona que tiene que pensar en otros temas un poquito más importantes para el vivir. 

Alicia Crocco 

¿Estás en mantenimiento o aún no estás en esta etapa? No importa. Respetá el tiempo que te lleve alcanzarla. No te desanimes si todavía no lo lograste; aunque haya pasado un período prolongado, no significa que hayas perdido. Lo importante es que obtengas el mejor resultado. 

Trabajá con tus impedimentos, con tus errores. Si te abandonás será un fracaso que aumentará tus inseguridades y te conducirá a otras situaciones indeseadas. Perderás la fuerza de voluntad para luchar por otras metas importantes que te propongas en tu vida y las desecharás ante el primer obstáculo. 

No pienses cuánto falta sino en la manera de conseguir un objetivo realista sin la necesidad –como muchos dicen- de cerrar la boca, o de comer tan poco que sea necesario el agregado de suplementos vitamínicos y minerales para cubrir lo que no podés conseguir a través de los alimentos. 

Pensá que lo conseguirás siempre y cuando sepas entender que es necesario que priorices tu salud y no te inclines a todo lo mágico. 

Siempre es buen momento para el cambio. Puede ser que antes hayas bajado mucho de peso y luego lo hayas recuperado. Por tal motivo ahora no te atrevés a elegir un nuevo camino para sentirte mejor. 

Poné en tu mente ideas que te ayuden a desear lo mejor teniendo paciencia y que éste sea el momento de echar a andar. 

Dejá de lado todo pensamiento obstructivo que te quite la fuerza interior. Esta vez pensá en un plan alimentario que te brinde saciedad, que te aporte todos los nutrientes para estar sano y que logres tener la motivación suficiente para que la puedas mantener en aquellos momentos de recaídas. 

Esas etapas son parte del proceso. Para ello deberás tener armas suficientes para que no te ganen los pensamientos negativos. 

No te quedes con el obstáculo, llená tu mente de positivismo: tratá de visualizar en tu mente los cambios favorables siguiendo un plan alimentario sin apresuramiento, priorizando la salud a la enfermedad y que asumas que un tratamiento para bajar de peso consta de varias etapas favorables que ayudan a avanzar y hay otras que pueden entorpecer el camino las cuales deberán ser trabajadas, mirando el objetivo final que será una meta saludable. 

Si comenzás de esta manera, eso te permitirá comprobar que podés lograr cualquier objetivo en tu vida, si te esforzás para cambiar lo que no es propicio para vos, en la búsqueda de tu camino correcto. 

A través de este escrito quiero estimularte para que efectúes los cuidados y para que logres tu anhelo. Te invito a que comiences con fuerza y esperanza. Olvidate de tus frustraciones anteriores. Cuando adoptes el plan nutricional que te corresponda y alcances la meta, releé el contenido de esta nota que escribí pensando en tus dificultades, poniéndome en tu piel, pensando en acompañarte y darte todo mi apoyo. 

Si ya estás en la etapa de mantenimiento, no tengas miedo. Sólo debés prevenir retrocesos que te desvíen de la senda que te llevó al estado de salud. Tampoco pienses: “Ya está, el metabolismo me cambió, no voy a volver a engordar”. Eso sería un error. Los que cambiaron fueron tus hábitos alimentarios y, tal vez, tu estilo de vida. 

A partir de la adolescencia tenemos una determinada cantidad de células adiposas. Cuando un individuo baja de peso mediante un plan nutricional adecuado, esas células disminuyen de tamaño, pero su cantidad sigue siendo la misma. Si por fin estás en tu peso saludable, considerá este punto importante y no te ilusiones creyendo que podés abandonar los cuidados y retomar tu alimentación anterior. 

Estás en mantenimiento… recordalo. No sigas con el mismo plan alimentario porque seguirás adelgazando. 

En esta nueva etapa podrás comer alimentos y preparaciones con una frecuencia de consumo que no perjudique tu peso saludable, pero tendrás que aprender a reconocer cómo responde tu organismo ante el agregado de esos alimentos que no formaban parte del plan alimentario anterior. 

No incluyas de golpe todo lo que deseás. Recordá la dedicación que pusiste, los esfuerzos que brindaste a la tarea, el empeño por vencer los obstáculos, los altibajos que experimentaste, la decisión de continuar y, después de tantos vaivenes, llegar al resultado que esperabas. 

Te propongo que renueves las motivaciones para que no fuera duro el camino. Ahora te sugiero que reflexiones sobre lo importante que es para vos haber llegado a esta meta valiosa para tu salud psíquica y física. Has logrado tanto... lo más pesado, ya pasó. No vuelvas hacia atrás. Cuidate; no dejes de hacerlo. Seguí pesándote una vez por semana en la misma balanza, con la misma ropa y a la misma hora. Si aumentás de peso, examiná los errores que cometiste. 

Puede ser que hayas incluido muchos permisos, o que hayas disminuido la actividad física. Durante esa semana, no incluyas alimentos no permitidos. Volvé a tu plan de alimentación previo al mantenimiento. 

Asumí el motivo de tu aumento y tomá las precauciones para que esa situación no se repita. Anotá cuánto subiste, cuáles fueron las transgresiones, si la actividad física fue la habitual, si estabas en período de menstruación o premenstruación. Al observar la situación real descubrirás claramente la causa del aumento y resolverás los errores que detectes. Si no los encontrás, correrás peligro de que en la semana siguiente te suceda lo mismo; puede ser que aumentes 300 o 400 g, o tal vez más. No te engañes, pero tampoco te culpes... Sólo pretendo que llegues a las respuestas para que sigas manteniendo un resultado bueno para vos. 

Asumir tus fallas no significa condenarte. ¿Comiste de más la semana anterior? No te sientas perdedor. Estás a tiempo si analizás qué te llevó a aumentar de peso. Perderás si evitás las respuestas y continúas cometiendo errores en lugar de enfrentarlos. 

Ordenate, reforzá la energía para bajar enseguida lo que aumentaste. No dejes que los gramos sigan acumulándose por otra semana y así sucesivamente. Reaccioná en cuanto compruebes que subiste de peso; será mejor que lo hagas antes de que la situación te supere. 

No escuches a los que opinan sobre lo que tenés que comer o no. Recordá: el que más conoce tu cuerpo y tu mente sos vos. Que nadie te indique el camino a seguir. Vos mismo tenés que aprender a cuidar el resultado que obtuviste con esfuerzo; no permitas que te den consejos que te aparten de él, aunque lo hagan sin mala intención. 

No tires todo lo que lograste. Es hora de empezar a luchar de otra manera. Valorá tu nueva figura, tu estado de ánimo más alegre. Tu vida ha cambiado, seguí cuidándote y amándote. Es muy valioso lo que conseguiste. No te dejes estar. 

En todos los aspectos de la vida hay que mantener la motivación para que las cosas salgan bien. Despertate cada día pensando que ya no sos el mismo que cuando los kilos de más te atormentaban. Respirá profundamente y proyectá las actividades de la jornada. 

Planificar con anticipación las comidas y entrecomidas es un recurso práctico que te permitirá tener siempre a mano lo necesario para estar bien alimentado y no aumentar de peso. El orden, el cuidado, el ser positivo, los cambios alimentarios y de costumbres deben ser tus aliados durante el resto de tu vida. Te felicito por el triunfo. 

Si lograste reeducar tu alimentación y mejorar tu estilo de vida, confiando en un plan nutricional saludable y no mágico que te llevó a sentirte feliz tené en tu mente todo lo que lograste por tu apertura a cambios beneficiosos para vos. Así podrás mantener tu objetivo si lo mantenés “siempre” delante tuyo para no perderlo de vista y jamás descuidarlo. 

Para que tu mantenimiento siga existiendo durante el resto de tus días será necesario además de los cuidados con la elección de alimentos, preparaciones y frecuencia de consumo de los que no figuraban en tu plan alimentario para bajar de peso, debés recordar la importancia del pilar indispensable “ACTIVIDAD FÍSICA diaria” que te ayudará a mantener el resultado saludable. 

Comparto con vos una frase: “Quiero que mi objetivo se mantenga en el tiempo. Ambiciono seguir siendo feliz con mis logros obtenidos. Para ello no debo ser mi propio obstáculo, no debo engañarme y sentir que puedo comer sin controlar mis ingestas. La vida está llena de situaciones difíciles de resolver, pero si mi deseo es mantener mi peso saludable para el resto de mi vida, todo cambio importante se manifestará con éxito en la medida de ser requerido y no dejar que los factores negativos se apoderen de mi mente con lo cual eso hará que vuelva hacia el punto de partida que significaría dejar de ser feliz por lo no logrado”. 

Esta frase te servirá para cualquier objetivo importante que te propongas. 
Te invito a que dejes de ser tu propio obstáculo. Para eso deberás efectuar un trabajo interno cuyos resultados dependerán de la apertura que tengas. 
Para lograr éxito en las metas que decidas alcanzar debés dejar de ser conformista. Mirá hacia adelante y tené la esperanza de que tu plan se cumplirá. 

No hay nada en la vida que se pueda lograr mágicamente. Por lo tanto, date tiempo para ir descubriendo que el mantenimiento lo podrás lograr siempre y cuando estés abierto para recibir elementos que te alegren el espíritu y te permitan controlar lo que comés. 

Vos podés evitar que los contratiempos se apoderen de tu mente y se conviertan en factores dominantes de tus pensamientos. 

Empezá a confiar en vos mismo. Tené fe en tu aptitud. Vencé con entereza todas las barreras que te impidan seguir en esta etapa tan importante, ya que si no lo lográs, volverás al punto de partida y eso te llenará de negativismo. No lo permitas. Cuidate y recordá: vos podés, pero tenés que querer. 

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